Baja Edad Media (Sistema Capitalista)
El
modelo económico capitalista se origina en el siglo XI en la Baja Edad Media
con el surgimiento de las ciudades y desintegración del dominio feudal.
Su
economía se caracteriza por ser urbana abierta, monetaria y de intercambio de
bienes o servicios en forma libre.
La
riqueza es generada por la maximización del beneficio y acumulación de capital
de producción, en el ámbito de la propiedad privada, el dueño de cada propiedad
es libre de hacer lo que desee con ella.
El
trabajo es organizado y coordinado por la interacción entre capitalistas y
trabajadores asalariados.
El
capitalismo se divide en tres rubros: el aspecto técnico, que está representada
por la tierra, capital, trabajo y empresa; el aspecto jurídico, que está representado
por la propiedad privada; y el aspecto psicológico, que está representada por
el afán ilimitado del lucro con riesgo empresario, cada uno se hace cargo de
las responsabilidades y de acuerdo a su capacidad, obtendrá sus beneficios o
soportará las pérdidas.
Características de los elementos técnicos de los orígenes del capitalismo
Con
relación al aspecto técnico la producción depende de tres requisitos o
factores, la tierra, el trabajo y el capital, habiéndose agregado
posteriormente el factor empresa. Por capital puede entenderse el conjunto de
bienes materiales empleados en la producción de otros bienes, y destacar que en
todo sistema económico los distintos factores se combinan para producir bienes
que satisfacen las necesidades de consumo individuales o la producción de
nuevos bienes instrumentales (llamándose esta última, acumulación de capital o
inversión)
Sin
embargo bajo el capitalismo, la tierra y el trabajo se subordinan al capital, y
los propietarios de éste asumen la función de dar empleo a los otros factores
productivos, coordinarlos en los procesos técnicos, comercializar los bienes y
embolsar los rendimientos pecuniarios de su venta.
Tienden
a diferenciarse funciones económicas: al propietario del capital atañe la tarea
propiamente empresarial de asumir el riesgo de los negocios, efectuando
desembolsos en bienes y servicios para obtener producciones cuya venta y
condiciones de venta (precio) quedarán sujetos a los avatares del mercado. Esto
significa que el ingreso empresario (utilidad, lucro o ganancia) es incierto y
depende del éxito de las combinaciones que realice. Los trabajadores por otra
parte, son empleados por el capitalista para efectuar prestaciones de servicios
personales, quedando en principio, excluidos de la participación en la
propiedad de los medios productivos, la dirección del proceso de producción y
del reparto del lucro o ganancia que finalmente resulte; su ingreso (el
salario) no es incierto, a diferencia de la ganancia empresaria, y de antemano
estipulado en un contrato de trabajo con el empleador.
Otro
aspecto técnico es la formación del mercado, que se verifica en estrecha unión
con el grado de perfeccionamiento que alcanza la división del trabajo, esto es,
la especialización de los individuos o estamentos sociales en funciones
económicas, que desemboca necesariamente en actos de intercambio de la respectiva
producción de bienes o prestaciones de servicio. El intercambio no es un
resultado del capitalismo: bajo ciertas formas de organización económica, el
intercambio de bienes y servicios se organizó sobre la base de la costumbre, o
bien de las necesidades individuales, corporativas u otras. Lo específico del
capitalismo es que lo único que regla el acto de cambio es el contrato libre
para el pago en dinero de cierto precio que, a su vez es determinado por cierta
interacción –no siempre libre y espontánea- de las fuerzas que operan en los
mercados respectivos. A partir de ciertas épocas, este requisito asumió la
forma de una monetarización de la economía, que incluía la aparición del pago
del trabajo mediante dinero. En otras oportunidades la economía de cambio se
manifestó a través de la aparición de lugares físicos –las ferias, por ejemplo,
que tenían un carácter transitorio- para facilitar el intercambio. Más tarde,
con la desaparición del control corporativo o estatal sobre los mercados, se
permitió el régimen de mercados libres, siendo esta una característica saliente
del capitalismo moderno (señalada varias veces con el nombre de “libertad
económica”)
Importancia del aspecto jurídico y psicológico como elementos de los orígenes del capitalismo.
El aspecto jurídico se destaca
como el rasgo permanente por excelencia del sistema capitalista porque el
capital es de propiedad de particulares o de corporaciones y son ellos quienes
adoptan las decisiones relativas a la producción, sea esta de bienes de consumo
o de capital, y en consecuencia asumen el riesgo correspondiente.
El aspecto psicológico está
representado por el afán ilimitado del lucro con riesgo empresario, cada uno se
hace cargo de las responsabilidades y de acuerdo a su capacidad, obtendrá sus
beneficios o soportara las perdidas, ajustando su comportamiento a la ley del
menor esfuerzo, aunque ello signifique el deterioro de los demás factores
productivos, se rompen las barreras morales y toda la vida económica se
subordina a la búsqueda del lucro.
Características de la etapa del capitalismo comercial en la Baja Edad Media, comercio, rutas comerciales y ferias.
a) Comercio:
El mercader errante tuvo un
papel importante en esta revolución ya que se convirtió en el vínculo de unión
entre los extremos de Europa, la movilidad fue su característica peculiar. Para
efectuar el comercio, el mercader debió vencer numerosos inconvenientes de
diversa naturaleza. En primer lugar obstáculos naturales, propios de la
geografía que tenia que recorrer.
En segundo término la
precariedad del transporte que debió utilizar: pesados carros de cuatro ruedas,
carretas más ligeras de dos ruedas, tiradas por caballos y mulas, que también
se utilizaron como animales de carga, para llevar a cuestas sacos y albardas.
A estas dificultades debemos
agregar los peligros que acechaban en el camino: bandidos y malhechores,
animales salvajes.
Y por último los gastos,
derivados del pago de peajes y de impuestos y derechos que debían pagar por
causas más diversas. El transporte terrestre resulto muy oneroso, por ende se
utilizó mas el transporte por agua.
Además del mercader errante
existió el mercader sedentario que fue el centro de una intensa actividad financiera
con estrechas vinculaciones políticas
b) Rutas Comerciales:
-
Rutas
terrestres:
Unían el norte de Italia con
Flandes, pasando por los Alpes y la región de Champagne en Francia, o con
Alemania a través de suiza.
Navegación fluvial:
·
La cuenca
del río Po, en el norte de Italia.
·
El Ródano,
que continuaba con el Mosela y el Mosa, utilizada para la comunicación entre el
norte y el sur de Europa
·
La de los ríos flamencos, completadas por una
cantidad de canales artificiales y de exclusas
·
El
Rin-Danubio, que vinculaba el mar del norte con el mar negro, a través de toda
Europa central.
Para el intercambio con
Oriente existían tres rutas, dos terrestres y una marítima:
·
La ruta del
norte o del jade y del Ámbar, que cruzaba el Asia por el norte del mar caspio,
partiendo de los puertos del Mar Negro, pasando por las estepas Nórdicas y
llegaba hasta los ríos Amur y Hoang-Ho
·
La ruta del
sur o de la seda, atravesaba las llanuras circundantes de los mares Aral y
Caspio.
·
La ruta
marítima que saliendo del Mar Rojo o del Golfo Pérsico, transitaba por el
Océano indico hasta la China y el Japón
c) Las
ferias:
Las ferias constituyeron una
de las manifestaciones más originales de la actividad comercial en la baja edad
media. Es allí donde acudían los pobladores de la región para intercambiar sus
productos o comprar los que necesitaban. Los propietarios de los dominios donde
se realizaban las ferias, cobraban impuestos por su radicación temporaria.
Para atraer la atención de los
compradores, las caravanas comerciales eran acompañadas por artistas y cómicos,
malabaristas y acróbatas, juglares y titiriteros. El comercio se realizaba en
base a pieles, cueros, tejidos, sedas, joyas, especias, sal, azúcar, alumbre,
pero lo más importante era la venta de tejidos de lana; en cada feria se
utilizaba un sistema exclusivo de pesas y medidas que provocaba una verdadera
anarquía en el intercambio regional. Las ferias mas celebres fueron las de
Champagne y la de brujas
Se celebraban seis ferias por
año en cuatro ciudades distintas, En principio fueron controladas por condes de
champagne, luego pasaron a depender de los reyes de Francia, quienes otorgaron
los salvoconductos a los mercaderes que concurrían.
Guildas y Hansas.
Los
mercaderes que acudían a unos mismos mercados, tanto para proteger su seguridad
personal como sus intereses, evitando una competencia ruinosa, adoptaron la
costumbre de asociarse. Las guildas eran organizaciones de comerciantes y
artesanos con otros de las misma profesión u oficio como las guildas de los
mercaderes, las sociales o religiosas y las de los artesanos y las hansas son
las formas más elaboradas de las guildas, y las más famosas son la Hansa en
Londres, constituida por las ciudades flamencas que en los siglos XI y XVII
compraban lana en Inglaterra o la Hansa de las XVII villas y sobre todo la gran
Hansa Alemana o Teutónica.
El
trabajo corporativo, diferenciar entre oficios jurados y reglamentados. -
El gobierno de la corporación era ejercido por los oficios jurados, también llamados cónsules o rectores. Ellos eran elegidos dos por cada gremio, y por el período de un año.
Sus atribuciones eran vigilar
el cumplimiento de los reglamentos de la corporación, que eran aprobados por
las asambleas generales. Además, se ocupaban de la compra al por mayor de las
materias primas. Finalmente, los cónsules eran quienes representaban a la
corporación en todas las transacciones civiles y en las funciones religiosas.
En cambio, los oficios
reglamentados eran aquellos en los cuales había un maestro, quien tenía bajo su
dependencia a los oficiales y aprendices; pero que al mismo tiempo tenía que
obedecer órdenes de sus autoridades: los cónsules.
La moneda – mercancía, concepto
y ajustamiento de valor.
La
administración carolingia suprimió las acuñaciones privadas e incontrolables,
logrando que las acuñación monetaria correspondiera a los grandes señores
feudales, siempre que conservaran la ley de la moneda real que servía como
patrón.las autoridades a fin de cubrir gastos de acuñación y de obtener algún
beneficio podían disminuir la cantidad de metal precioso. Por esta razón surgieron
monedas fuertes y otras débiles, que solo la experiencia y la verificación de
su peso y de su ley permitían reconocer.
La política monetaria europea vaciló entre la
teoría de la moneda- mercancía por
la que se consideraba que el valor de la moneda era el del metal precioso que
contenía, y los duros expedientes para mantener en la práctica un equilibrio
entre los tres metales en circulación (oro, plata, cobre)
Con la aparición de la moneda desaparecieron
los intercambios directos, mercancía por mercancía.
La Alta Edad Media estaba caracterizada por una
economía cerrada, convivían dos sistemas económicos diferentes: la gran masa de
la población parecía conformarse con las distribuciones en especie, mientras
que entre los ricos circulaba la cantidad necesaria de oro y plata, por lo tanto se restringió la circulación de
la moneda, pero sin embargo no desapareció. El intercambio era escaso y se
realizaba generalmente por trueque o en moneda no europea, árabe o bizantina.
Los metales preciosos estaban inmovilizados en los tesoros de la orfebrería.
El pago de impuestos se
realizaba parte en metálico y parte en especie.
Debido a las circunstancias habían desaparecido
los mercados de numerosos artículos de consumo.
En la
Baja Edad Media debido a la revolución comercial, volvieron a circular las
monedas.
Las monedas se acuñaban en oro, plata, cobre y
vellón (que era mezcla de oro y plata). El patrón monetario, hasta el siglo XII
fue la plata.
Las
más importantes fueron la libra y el
denario
Durante la Edad Media circularon, como
especies monetarias, piezas de oro, plata , cobre y vellón. La coexistencia de
los dos metales preciosos, planteó graves problemas de concordancia, de
ajustamiento de valor. El hecho real de la fuga del oro, acaparado por el gran
comercio y por los monarcas, provocaba inmediatas alteraciones en el mercado
monetario. Además del aumento o disminución de la producción de oro o plata se
producían alteraciones temporales en la apreciación y consiguientemente, en la
circulación de ambos metales. A estos hechos desequilibrantes ha de añadirse
también la posibilidad de atesoramiento, ya que el oro y la plata se utilizaban
en usos industriales (arte, joyas, etc.)
En los
siglos XIV y XV tuvo lugar el fenómeno del hambre monetaria (sobre todo de
oro). La plata paso a ser relativamente abundante hacia finales del siglo XV,
gracias a la explotación de las nuevas minas en la Alemania media y meridional.
Esta valoración de la plata condujo alteraciones monetarias profundas al mismo
tiempo que se procuraba la atracción de especias extranjeras.
La
sobrevaloración relativa de la plata tendía a su atesoramiento, a su empleo
como metal industrial. Aparte del abastecimiento de metal precioso, la imperfección
de las acuñaciones y su elevado costo introducían nuevos factores de
desequilibrio monetario. Había monedas fuertes y débiles. Las más importantes
eran el Florín de Florencia y
segundo el Ducado de Venecia.
Estas
monedas se cotizaban por ajustamientos en las ferias y los más inestables se
formaban por tres valores:
l. Legal: denominación de la acuñación.
2. Reales: era el peso y la ley de la
moneda, es decir la proporción del metal precioso con lo que no lo es, la
aleación.
3. Comerciales: basado en la confianza o en situaciones de rivalidades
entre ciudades, que determinaban que una moneda fuerte, pudiera, no obstante
tener una cotización baja, pero siempre en proporción al valor legal y al real.
La
diversidad de monedas en circulación y más aún la constante devaluación de las
especias, exigían mantener una estable relación del valor entre ellas. Para
resolver este déficit se utilizó la llamada moneda de cuenta, moneda
imaginaria, invariable, en la que se expresaban las transacciones. (Servía como
tipo de cambio fijo o referencia de valor).
La moneda de cuenta fue el artificio para
evitar los dañosos efectos de las devaluaciones monetarias. Cuando los pagos no
se hacían en oro, se especificaban en moneda de cuenta, la cual figuraba un
peso· determinado de aquel metal, que habría de pagarse en cualquier especie
monetaria.
Letra de cambio - roles
La letra de feria fue uno de los primeros
instrumentos crediticios, utilizado en el medio mercantil flamenco. Consistía
en el reconocimiento de una obligación, hecha ante los concejales de la ciudad,
por la cual el deudor se comprometía al
pago de una suma de dinero en feria o al tiempo de una determinada
feria. El escriba copiaba dos veces la fórmula sobre un pergamino; después,
sobre los dos textos, trazaba una leyenda o determinadas siglas y las
recortaba. Un ejemplar era entregado al acreedor y el otro conservado por los
magistrados comunales. Su unión era el testimonio de garantía en caso de
disputa.
Por la
misma época, los italianos utilizaban un instrumento más avanzado, embrión de
la letra de cambio. Era el llamado instrumentum
ex causa cambii, documento notarial mediante el cual una persona reconocía
haber recibido cierta suma. Era el instrumento de pago normal en las ciudades
marítimas italianas y acomodado al comercio itinerante: el comerciante
concertaba un anticipo de moneda que le seria hecho efectivo en el lugar o feria
a la que se dirigía, sin necesidad de transportar consigo las especies
monetarias.
La letra de cambio. Desde el primer cuarto
del siglo XIV, el mayor número de negocios y la expansión de las sociedades
mercantiles con sucursales exigían mayor flexibilidad de los instrumentos de
pago. El contrato de cambio de independiza del acta notarial, que implicaba una
cierta sujeción y la presencia de testigos, y se generaliza la carta de pago,
autenticada por la firma del deudor. No obstante la aceptación plena de la letra
de cambio moderna, el procedimiento antiguo siguió practicándose en muchas
plazas.
. El contrato de cambio comportaba dos operaciones: un
avance de fondos en una plaza y su reembolso en otra distinta y requería la
intervención de cuatro personas:
1) el dador o librador, que entregaba una cantidad para ser
reembolsada en otro lugar,
2) el tomador, que recibía a cambio el dinero del dador,
3) el beneficiario, que reembolsaba el monto de la letra,
4) el pagador que se encargaba del pago de esto.
Dador y tomador, pagador y beneficiario podían ser una
misma persona.
Seguro a Prima.
En el progreso de la
técnica comercial se considera como un jalón esencial el del seguro marítimo a
prima. Estuvo precedido del llamado “préstamo a la gruesa o marítimo”, pero era
muy imperfecto, ya que la pérdida del navío podía arruinar al prestamista, pues
el asegurador avanzaba cierta suma de dinero, que solo cobraba, con sus
intereses. El primer caso conocido de un seguro a prima dataría del año 1298.
En 1350 se conoce ya el primer ejemplo de un seguro moderno a prima, concertado
por un negociante genovés, y versa sobre un cargamento de granos a Túnez. En la
segunda mitad del siglo XIV la práctica del seguro a prima se había
generalizado en el ámbito comercial, como ha probado Schaube.
Los seguros a prima eran
concertados, generalmente, por varios negociantes, reservándose cada cual una
pequeña suma, con lo cual se trataba de una especie de seguro cooperativo y que
muy pronto, ya en el siglo XVI, se convertirá en una operación especulativa.
Relacion
la “Paz de feria” con las restricciones impuestas por la doctrina escolástica
(comercio con extranjeros, usura, precios-doctrina del justo precio-, salarios,
prestamos por interés). –
A causa de la doctrina escolástica
posterior a la influencia de Santo Tomás de Aquino, el comercio se ve
seriamente restringido al actuar dentro de las ciudades.
Pero durante las ferias, se recibían dos
derechos especiales, el de inmunidad o salvoconducto y el de franquicia. El
primero significa que las autoridades locales garantizan la seguridad de los
participantes. El derecho de franquicia significa que durante la feria se
estaba libre de emprisionamiento u otra forma de castigo por crímenes y deudas
adquiridas anteriormente. Esto se extendió a la capacidad de ignorar las
restricciones impuestas por la Iglesia, lo que significa libre comercio con
extranjeros y el poder dar créditos con interés, con tasas restringidas, en una
época cuando todavía se consideraba esto como usura.
Diferencia entre rentas rurales y rentas públicas.
Rentas
Rurales: Durante los siglos XII – XIII el sentido económico y jurídico de ambos
instrumentos se diferenció: mientras el censo mantuvo su condición de
fundamento de los derechos señoriales, la renta se convirtió simplemente en una
forma económica, sin ejercicio de derechos señoriales. La renta no fue
instrumento de crédito propiamente hablando, sino una forma de explotación
económica de bienes inmobiliarios, por lo que se la conoce más por el apelativo
de fiel-rente o renta rural. La prosperidad que reinaba en el país flamenco
impulsó a los grandes señores a utilizar sus rentas como soporte financiero de
sus empresas políticas y militares. El procedimiento consistió en asignar
rentas sobre sus ingresos ordinarios, no sobre sus tierras, sujetas a
fiels-rentes. Pero esta institución, que tendía a renovar el sistema feudal
mediante la formación de una clientela personal, no tuvo gran éxito y durante
el siglo XIV cayó en desuso. Sin embargo fue el primer intento realizado para
crear rentas sobre bienes no inmuebles.
Durante
la Guerra de los Cien Años, período de grandes riesgos para los prestamistas,
se introdujo la práctica de asignar rentas sobre los bienes de los deudores y
acudir a los inmuebles como fuente de crédito. Por entonces ante el incremento
de la población urbana, en algunas ciudades en expansión, como Brujas, hubo que
convertir muchos terrenos en solares, concediéndose a cambio de rentas; después
se capitalizan los propios inmuebles. El propietario de un inmueble urbano o
rural tomaba a préstamo una cantidad de dinero mediante hipoteca del inmueble,
obligándose a pagar a su acreedor las rentas provenientes del inmueble hasta la
amortización en el plazo convenido, el acreedor pasaba a propietario del
inmueble. Este fue el procedimiento normal, a partir del siglo XIV, de
procurarse un pequeño capital indispensable o de salvar una difícil situación
económica. Para el comprador de la renta en cambio, fue una forma de ahorro.
La
renta podía ser perpetua, asignada a perpetuidad sobre el inmueble, de forma
que continuaba pesando sobre quien lo adquiera en propiedad, o vitalicia. La
doctrina canónica mostró más resistencia al reconocimiento de la renta perpetua
como forma durable de adquisión de un capital; pero aprobó este contrato por
las bulas Regimini, de 1425 y confirmó esta opinión en 1455, siempre que el
interés anual no superara el 10 por 100. Esta renta perpetua podía ser alienada
mediante el reembolso de la suma prestada. El interés legal de estas rentas,
según los casos conocidos, era de un 10 por 100 anual; en la segunda mitad del
siglo XIV decayó al 7 u 8 por 100 y volvió a subir algo, para descender a finales
de la Edad Media, hasta 5-6 por 100, según Winter. En Francia la ordenanza real
de 1441 estableció su tasa en 8,35 por 100.
Algunos
autores, como G. Biscaro, consideran que esta renta vitalicia, bajo un aspecto
de beneficencia, fue introducida por los monasterios cistercienses, y se
comercializó en la segunda mitad del siglo XIII,, primero en Italia. En
principio, según Usher, esta operación encerraba un contrato ficticio de venta;
cuando se comercializaba, esta disposición desaparece. El interés de la renta
vitalicia era, naturalmente, más elevado que el de la perpetua y dependía de la
edad del adquiriente. Normalmente, en la Edad Media se estimaban como
redimibles en un plazo de diez-once años, y según este canon se capitalizaba.
Rentas
Públicas: Desde el siglo XIII las ciudades acudieron a la venta de rentas
vitalicias, pagaderas durante una o dos vidas, para procurarse recursos
extraordinarios, consignadas sobre ciertas clases de ingresos. La práctica
comenzó en ciudades italianas como Venecia y Génova. Su origen data del
arriendo de impuestos, normal desde la época romana. En 1164 la ciudad de
Génova cedió a una sociedad (Monte) compuesta de siete personas, la recaudación
de determinadas rentas durante un plazo de once años. Sobre este fondo se vendieron
títulos (luoghi) transferibles, y la primitiva deuda flotante se transformó en
consolidada. Era un cómodo procedimiento que permitió a la burguesía ciudadana
colocar su dinero con cierta seguridad y obtener algún fruto. Los titulares
convertidos en acreedores directos fueron inscritos en grandes registros o
cartularios. Estos luoghi a semejanza de los títulos modernos, podían ser
transferidos o vendidos y su interés fluctuaba según la garantía del Estado, la
situación del mercado y la política exterior.
Dos
principales tipos de deuda pública existían:
A)
Deuda pública municipal, a la que nos estamos refiriendo, tuvo su origen en la
búsqueda de capitales a bajo precio, estimulada por la Iglesia, y se logró
mediante un préstamo institucionalizado y a largo plazo. Se inició
primeramente, ya en el siglo XIII, en las ciudades italianas, y en el XIV en
Cataluña, Alemania, Países Bajos y otras regiones.
B)
Deuda pública estatal fue más tardía. Data en España de la época de los Reyes
Católicos, y en Francia, de la de Francisco I. De todas formas parece existir
una estrecha conexión entre el desarrollo de la deuda y el desarrollo de los
bancos municipales: los inversores en préstamo fueron frecuentemente los más
importantes acreedores de depósitos, y muchas de sus transacciones fueron
efectuadas en los libros de los Bancos.
Diferencia entre cambistas, banqueros y mercaderes-banqueros.
Cambistas: Los cambistas se
encargaron de efectuar pagos por cuenta de su depositante, y pronto obtuvieron
autorización para invertir por su cuenta este fondo, comprometiéndose a
entregar a su cliente, en cuanto lo pidiera, una suma equivalente.
Estos
por lo general, no negociaban letras de cambio, pues no tenían corresponsales
en el extranjero; sin embargo, existen algunas excepciones, como las de los
bancos venecianos, que trataron en Brujas y Londres.
La
función de cambio o cambista fue privilegio real o municipal y comportaba la
prohibición de efectuar otros negocios. La concesión del privilegio exigía el
depósito de una fianza.
Banqueros: Los banqueros, en el ámbito
local, durante el siglo XIV habían logrado acumular las funciones bancarias:
aceptaban depósitos, efectuaban pagos mediante transferencias a otros Bancos,
aun cuando cliente y deudor no tuvieran cuenta en ellos, y giraban dinero sobre
otra plaza. Para efectuar estas operaciones se requirió, en principio, la
presidencia de deudor y acreedor; pero desde mediados del siglo XIV, según
Melis, bastó una orden escrita (polizza) auténtico cheque, aun cuando le
faltara el requisito actual de la cláusula a la orden.
Mercaderes-Banqueros: Los
mercaderes-banqueros anotaban en sus libros los depósitos y saldos de sus
clientes y, mediante una hábil compensación de partidas, efectuaban los
reglamentos de cuentas entre ellos, evitando la utilización de especies
monetarias
Escuelas conventuales, obispales y comunales. –
El derrumbe
de la cultura antigua fue completo en el terreno de la escuela que en ningún
otro. En el siglo VII había desaparecido todo vestigio de la escuela pública,
mayor resulto la influencia de las escuelas conventuales que aparecieron. Todo
convento tenía una escuela para asegurar la formación de las generaciones
sucesivas. La regla benedictina prescribía cuatro horas diarias de estudio de
las sagradas escrituras y de canto coral; por lo tanto los monjes debían saber
leer para poder ayudar a copiar los libros, era requisito el conocimiento de la
escritura. Pronto las escuelas conventuales se abrieron también para quienes no
eran monjes. Entre estas Saunt-Gall ocupo un lugar elevado. Uno de los maestros
más famosos fue Tutilo, dominaba todo los terrenos de la ciencia y el arte de
su tiempo, era astrónomo, arquitecto, poeta, músico, orfebre, etc. Un monje
Notker Lobeo, tradujo al alemán numerosas obras latinas y griegas, también fe
director de la escuela del convento.
Las primeras
tentativas de creación de las escuelas públicas fueron realizadas por los
conventos. Guillermo Dijon se compadecía de los laicos incultos y por ello
fundo escuelas públicas en los conventos de la normanda y de otras regiones de
Francia, en las cuales talentosos maestros debían instruir a todo aquello que a
ellas concurrían; ricos o pobres, todos tenían el mismo acceso.
Monjes
benedictinos fundaron en su iglesia obispal escuelas catedralicias a las que
les confiaban la instrucción de los sacerdotes parroquiales. De la escuela de
York había salido Alcuino quien fundó una especie de escuela superior.
Los intentos de Carlomagno de poner los medios
estatales al servicio de las escuelas y la instrucción no tuvieron sucesión
durante siglos. Los legos siguen siendo en su mayoría analfabetos.
El IV
concilio de Letrán dirigió advertencias a los obispos acerca de la importancia
de una cuidadosa instrucción de los párrocos, si algunos obispos tuvieran la
osadía de investir a indignos habrán de ser castigados.
La
preeminencia de la ciudad en el desarrollo político y económico ocasiono que las
primeras escuelas conventuales se fundaran en Italia. En los siglos XII Y XIII
aparecieron las ciudades al norte de los Alpes, la meta de esta fue el
conocimiento de la lectura, la escritura ,
el cálculo y la introducción al latín ; así las escuelas comunales se
convirtieron en los primeros establecimientos escolares de carácter laico.
A fines del
XII nació un nuevo tipo de escuela superior que a diferencia de las escuelas
conventuales y comunales, debían estar destinada a todos, recibió el nombre
de “studium generale”. Universidad
significaba la comunidad de todos los que enseñaban y aprendían en la escuela
de parís, en el año 1219.
A fines del
siglo XII maestros y alumnos fundaron escuelas en pie de la colina, esta
apuntaba contra las antiguas escuelas catedralicias. El obispo de parís intento
imponer su soberanía sobre la nueva escuela, lo cual genero que profesores y
alumnos realizaran huelgas.
La solución
del conflicto se debió a la intervención de papa. El rey libero la universidad
haciéndose cargo de los estudiantes.
Para facilitar el estudio a los pobres,
fundaron hogares estudiantiles (collegia). Todavía en la Alta Edad Media
florecían las universidades
Universidades impulsadas por la burguesía, citando cada caso con sus respectivas orientaciones académicas.
La activa vida espiritual a
fines del siglo XII tuvo un efecto estimulante, en especial sobre el desarrollo
de escuelas superiores que a diferencia de las escuelas conventuales y
obispales, debía estar destinadas a todos, por ello recibió el nombre de
“Stadium Generale”, la denominación de universidad que se impuso más tarde, La
Universidad de París se convirtió en modelo para todas las restantes. Esta
fundación apuntaba contra la escuela catedralicia de la iglesia de Notre Dame.
El obispo de París intentó imponer por todos los medios la soberanía, sobre la
nueva escuela, profesores y estudiantes protestaron contra ello, lo cual
ocasionó huelgas y protestas y emigraron hacia otras ciudades de Francia. El
conflicto se solucionó cuando intervino el Papa Gregorio IX, asegurando plena
autonomía administrativa a la escuela. En lo sucesivo la Universidad trataba
con el obispo, el Parlamento y el rey como potencia independiente. El cultivo
de las ciencias se convirtió en una cuestión universal. Los sabios más
destacados, como Santo Tomás de Aquino, enseñaron en París.
La universidad no conocía el fundamento de la escuela media. El conocimiento del latín se presuponía para la admisión, ya que se ingresaba a la corta edad de 12 o 13 años. El estudio comenzaba en la facultad de artistas, que era una escuela previa obligatoria para las tres facultades superiores: Teología, Medicina y Derecho. El alumno escogía un maestro, ingresando a su servidumbre.
Las asignaturas del primer curso, que duraba dos años, eran las siete artes liberales: la gramática, la retórica, la dialéctica, la astronomía, la aritmética, la geometría y la música. Una vez aprobado el examen, se obtenía el título de bachiller. El segundo curso, que duraba otros dos años, comprendía la metafísica, la ética y la política, pero el bachiller estaba simultáneamente obligado a actuar como maestro de las siete artes liberales. Aprobado el examen obtenía el título de maestro en artes. Luego de dos años de docencia el maestro en artes podía buscarse un cargo vitalicio o bien comenzar el estudio de las artes superiores.
Para ayudar a los estudiantes pobres, mecenas de los estudios eruditos fundaron hogares estudiantiles.
A comienzos del siglo XV la Universidad de Praga fue arrastrada al levantamiento checo nacionalista desencadenado por Juan Hus, cuando las naciones de los bárbaros, sajones y polacos debieron perder su igualdad de derechos, emigraron y fundaron el tronco de la universidad de Leipzig, creada el mismo año.
El movimiento en pro de la fundación de las universidades se creó en Italia, algunas de las numerosas universidades italianas se concentraban en una sola facultad, todavía en la alta Edad media florecieron en todos los países occidentales las universidades
La universidad no conocía el fundamento de la escuela media. El conocimiento del latín se presuponía para la admisión, ya que se ingresaba a la corta edad de 12 o 13 años. El estudio comenzaba en la facultad de artistas, que era una escuela previa obligatoria para las tres facultades superiores: Teología, Medicina y Derecho. El alumno escogía un maestro, ingresando a su servidumbre.
Las asignaturas del primer curso, que duraba dos años, eran las siete artes liberales: la gramática, la retórica, la dialéctica, la astronomía, la aritmética, la geometría y la música. Una vez aprobado el examen, se obtenía el título de bachiller. El segundo curso, que duraba otros dos años, comprendía la metafísica, la ética y la política, pero el bachiller estaba simultáneamente obligado a actuar como maestro de las siete artes liberales. Aprobado el examen obtenía el título de maestro en artes. Luego de dos años de docencia el maestro en artes podía buscarse un cargo vitalicio o bien comenzar el estudio de las artes superiores.
Para ayudar a los estudiantes pobres, mecenas de los estudios eruditos fundaron hogares estudiantiles.
A comienzos del siglo XV la Universidad de Praga fue arrastrada al levantamiento checo nacionalista desencadenado por Juan Hus, cuando las naciones de los bárbaros, sajones y polacos debieron perder su igualdad de derechos, emigraron y fundaron el tronco de la universidad de Leipzig, creada el mismo año.
El movimiento en pro de la fundación de las universidades se creó en Italia, algunas de las numerosas universidades italianas se concentraban en una sola facultad, todavía en la alta Edad media florecieron en todos los países occidentales las universidades
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